EXTINTORES
1. INTRODUCCIÓN Incendios, Extinción de, conjunto de técnicas empleadas para apagar fuegos y minimizar el daño que pueden causar. Consiste en eliminar uno o más de los tres elementos necesarios para la combustión —combustible, calor y oxígeno— o en interrumpir la reacción en cadena de la combustión.
2. LUCHA CONTRA EL FUEGO
Generalmente el fuego se ataca aplicando agua al material que está ardiendo, enfriándolo hasta el punto en que ya no se mantiene la combustión. Cuando arden líquidos inflamables, determinados productos químicos y metales combustibles, deben usarse ciertas técnicas y agentes extintores específicos. Con algunos combustibles puede ser peligroso emplear agua.
2.1. Máquinas extintoras
Las primeras máquinas, que aparecieron en el siglo XVII, eran simples cubos sobre rodillos o ruedas. El agua se hacía llegar al fuego por medio de recipientes que pasaban de mano en mano. El cubo funcionaba como depósito de agua y a veces disponía de una bomba manual para sacar el agua a través de una boquilla o tubería. La invención en Holanda, en el año 1672, de la manguera de cuero cosida a mano permitió a los bomberos acercarse más al fuego sin poner en peligro su equipo y logrando más precisión en la dirección del flujo del agua. Al mismo tiempo se desarrollaron sistemas de bombeo que permitieron sacar agua de ríos y estanques.
A principios del siglo XIX los remaches de cobre sustituyeron a las costuras de las mangueras, que podían alcanzar hasta 15 metros de longitud unidas con adaptadores de bronce; así se consiguió llevar agua a través de pasillos estrechos y por escaleras de edificios, dejando fuera la bomba. En 1870 se empezó a fabricar un tipo de manguera de caucho o hule recubierta de algodón. La máquina de bombeo a vapor se usó en las grandes ciudades entre 1850 y 1860. La mayoría de las máquinas de bombeo a vapor iban equipadas con una bomba de dos pistones. Algunos coches de bomberos eran autopropulsados, pero la mayoría empleaban caballos para desplazarse y guardaban la presión del vapor para la bomba.
Con la introducción del motor de combustión interna a principios del siglo XX, los bomberos se motorizaron. Al principio los coches de bomberos tenían dos motores: uno para la bomba y otro para mover el vehículo. El primer coche con un solo motor para la bomba y para propulsarse se fabricó en Estados Unidos en 1907. Ya en 1925 los coches a motor habían reemplazado completamente a los de vapor. Las bombas evolucionaron hasta llegar a las bombas centrífugas que usan hoy casi todos los bomberos de las grandes ciudades.
Con el tiempo los bomberos han podido disponer de lo que les caracteriza: potentes bombas capaces de expulsar agua a distintas presiones, mangueras de gran longitud, mangueras cortas de gran diámetro para conectarlas a bocas de riego y tanques de agua para atacar el fuego mientras se efectúa la conexión o para lugares donde no hay bocas de riego. En zonas rurales los bomberos llevan mangueras de succión para abastecerse del agua de ríos y estanques.
2.2. Barcos apagafuegos
Los incendios a bordo de barcos presentan problemas especiales, como la complicada reparación de los barcos siniestrados, el peligro de hundimiento al escorarse el buque o la dificultad de acceder a la fuente del fuego. Los barcos apagafuegos, que pueden ser desde pequeños barcos de rescate de alta velocidad con potentes motores a reacción hasta grandes remolcadores, están equipados con todo tipo de instrumentos y accesorios, como escaleras, boquillas rotatorias y en ángulo, bombas portátiles, extintores de espuma y otros sistemas específicos de extinción con dióxido de carbono; también disponen de equipos de rescate.
2.3. Tipos de boquillas
Diversos tipos de boquillas consiguen proyectar el agua con potentes chorros, cortinas de agua o en forma de niebla. Los coches de bomberos están equipados con una selección de boquillas para utilizarlas según la cantidad de calor que deba absorberse. Las boquillas son capaces de lanzar agua en una escala que va desde 57 litros hasta más de 380 litros por minuto. El chorro directo de agua tiene más alcance y penetración, pero la niebla absorbe el calor con mayor rapidez pues las gotas de agua se distribuyen en una superficie mayor. Las boquillas para producir niebla pueden emplearse para dispersar vapores de líquidos inflamables, aunque para extinguir fuegos de estos líquidos se suelen usar extintores de espuma.
2.4. Productos añadidos al agua
Con frecuencia se añaden productos químicos al agua para aumentar su capacidad de extinción. Los agentes humectantes reducen la tensión superficial del agua. De ese modo se aumenta la capacidad de penetración del agua y se facilita la formación de pequeñas gotas, necesarias para una absorción rápida del calor. Añadiendo al agua líquidos y productos químicos espumantes se consigue formar barreras de espuma para cortar el fuego. La espuma se usa para extinguir fuegos de líquidos combustibles como petróleo y alquitrán, así como en los incendios en aeropuertos, refinerías y conducciones de petróleo.
Los aditivos químicos pueden aumentar el volumen de la espuma unas mil veces. Estas mezclas de agua y espuma de alta expansión son muy útiles en incendios de sótanos y otros lugares de difícil acceso, ya que se consigue amortiguar rápidamente el fuego con el mínimo daño por inundación de agua.
2.5. Medios de salvaguardia
Son métodos que emplean los bomberos para proteger mercancías, objetos e interior de edificios de los daños que puedan sufrir por el humo y el agua. Así, los objetos se cubren con material impermeable y el agua se evacúa con aspiradores de agua, sumideros y bombas portátiles. La mayoría de los departamentos de bomberos disponen de equipos de salvaguardia en sus unidades y en algunas ciudades importantes hay empresas especializadas contratadas por dichos departamentos.
2.6. Incendios forestales Los incendios forestales se extienden por la transmisión de calor a la hierba, arbustos y árboles. Como son muy difíciles de controlar, el método a seguir es hacer cortafuegos y atacar el fuego en varios frentes: podando árboles y arbustos, con chorros de agua, aspersión aérea, con productos químicos retardantes de la combustión y controlando el rebrote del fuego. Cuando es posible, para hacer cortafuegos se aprovechan los ríos cercanos, terrenos abiertos y otras facilidades que pueda ofrecer la zona del incendio. Se practican cortafuegos de grandes dimensiones con la ayuda de excavadoras y se inundan los lados de estos cortafuegos con agua y productos químicos para hacer más lenta la combustión. Algunas zonas del incendio se dejan quemar y extinguirse por sí mismas. El equipo dedicado a apagar el fuego debe estar alerta para prevenir que el fuego atraviese los cortafuegos.
Los equipos de bomberos están organizados y entrenados para controlar incendios de grandes dimensiones. Cuentan con puestos de control, oficinas y depósitos de aprovisionamiento y se sirven de transmisores de radio y aviones para suministrar equipos y productos químicos. Se emplean helicópteros como puestos de control y para el transporte de personal y equipo en zonas poco accesibles por tierra. En algunos incendios importantes han llegado a participar más de 10.000 personas. En los últimos años han tenido lugar conferencias internacionales sobre prevención de incendios.
3. SISTEMAS DE PREVENCIÓN DE INCENDIOS La mayoría de los edificios destinados al comercio o a la industria tienen algún tipo de sistema de prevención.
3.1. Sistemas de aspersión Consiste en un sistema integrado de tuberías, diseñado conforme a las directrices para extinción de incendios, conectado a una o más fuentes de agua. Este sistema se activa por el calor del fuego y las boquillas expulsan agua a las zonas en combustión. Su eficacia es casi del 100%. Algunos sistemas se controlan desde una central que transmite la alarma a departamentos de bomberos cuando se activan las boquillas del sistema. Cuando los bomberos llegan y descubren que el sistema automático no está aportando suficiente agua y presión, conectan una bomba para conseguir un suministro suficiente de agua.
3.2. Sistemas de alarma
Los edificios cuentan a menudo con sistemas de detección conectados a una alarma. Hay detectores para el humo y otros para el calor. Con frecuencia existen normativas que obligan a instalar determinados sistemas de detección en edificios públicos, apartamentos y viviendas privadas.
Hay dos clases principales de detectores. Una de ellas consiste en un sistema de ionización que contiene una pequeña fuente radiactiva que ioniza las moléculas del aire entre un par de electrodos, dejando pasar una corriente muy pequeña. Si las partículas de humo penetran en este espacio, reducirán el flujo de la corriente al adherirse a las moléculas ionizadas. La interrupción de la corriente activa la alarma. El otro tipo de detector utiliza una célula fotoeléctrica. En algunos modelos de detectores, el humo se interpone en un rayo de luz constante oscureciéndolo. En otros, el humo es detectado por el rayo de luz de un diodo o una célula. En ambos casos cualquier cambio dispara la alarma. Estas alarmas pueden sonar localmente o estar conectadas a puestos de control o al departamento de bomberos. Los detectores fotoeléctricos son más lentos que los detectores por ionización, y a menudo se combinan ambos sistemas. Tanto uno como otro pueden accionarse por corriente alterna o por baterías.
1. INTRODUCCIÓN Extintor, llamado en algunos países extinguidor, dispositivo portátil que se utiliza para apagar fuegos o incendios de pequeña magnitud. Los tipos de fuego están clasificados en cuatro clases según el tipo de material que se quema. Los fuegos secos son los que afectan a materiales combustibles ordinarios, como madera, ropa y papel. Los fuegos grasos son los que se producen en líquidos inflamables, aceites y grasas. Los fuegos en instalaciones eléctricas constituyen una categoría aparte, sobre todo si están en funcionamiento, y la última categoría es el fuego de metales combustibles como magnesio, potasio y sodio. Cada tipo de fuego requiere un tipo de extintor diferente.
Hay una serie de normas para la selección, colocación y comprobación de los extintores de incendios que establecen los requisitos mínimos respecto al tipo y al tamaño en función de la modalidad de fuego que con más probabilidad se pueda producir en un lugar determinado. Ciertos extintores se pueden utilizar sólo para un tipo de fuego, otros se usan para dos o tres tipos, pero ninguno es adecuado para todas las clases de incendio.
Los extintores pueden no utilizarse durante años, por lo que deben mantenerse revisados y preparados. Por esta razón se realizan inspecciones periódicas en lugares públicos; también se comprueba que están en los sitios adecuados.
2. EXTINTORES PARA FUEGOS SECOS
Por lo general son de agua pulverizada. El agua proporciona refrigeración, o absorción de calor, al material que se quema. Los extintores suelen llevar aire a presión para expeler el agua, pero algunos se activan con una bomba de mano.
3. EXTINTORES PARA FUEGOS GRASOS
Este tipo de fuegos se apaga por eliminación de aire, por disminución de los vapores inflamables o por interrupción de la reacción de combustión en cadena. Se utilizan tres tipos de agentes extintores: dióxido de carbono y otros hidrocarburos halogenados, espumas y polvos químicos secos. El dióxido de carbono es un gas que evita la combustión ya que desplaza el oxígeno del aire que envuelve al fuego. Los extintores de polvo contienen usualmente bicarbonato de sodio o potasio y cloruro de potasio como agentes básicos. Otro tipo de extintor de polvo contiene fosfato de amonio y puede utilizarse también para apagar fuegos secos y eléctricos. Los extintores de polvo suelen contener el agente extintor a presión y apagan el fuego por interrupción de la reacción de combustión. Los extintores de espuma expelen una capa de espuma que actúa como barrera para aislar el oxígeno del fuego.
4. EXTINTORES PARA FUEGOS DE INSTALACIONES ELÉCTRICAS
El agente extintor para fuegos de este tipo debe ser no conductor. Pueden utilizarse tanto los extintores de dióxido de carbono como los de polvo. La ventaja de los de dióxido de carbono es que no dejan residuos después de apagar el incendio. Si los equipos eléctricos están apagados se pueden utilizar extintores de agua, pero no es lo más adecuado.
5. EXTINTORES PARA FUEGO DE METALES
El fuego de materiales combustibles metálicos se apaga con agentes que absorban calor, pero estos agentes no deben reaccionar con los metales. Se utilizan, por lo regular, polvos secos que recubren el metal y forman una capa aislante sofocadora.
Los extintores deben tener unas etiquetas en las que se describen las instrucciones de uso y el tipo de fuego para el que están diseñados, así como la fecha de revisión o de caducidad.
Biografía.
Internet.